El mayor problema que se plantea con la aparición del calor, es que también aparecen las plagas, sobre todo de pulgones y cochinilla. Debemos vigilar el envés de las hojas y los nuevos brotes porque ahí se esconden mejor. Ante la mínima señal de su presencia, hay tratamientos preventivos que las tendrán a raya. Vale más frenar su aparición antes de tiempo y que no infecten a las otras plantas que estén sanas.
Por supuesto, a más calor, más riego. No nos olvidaremos de abonar con cada uno de estos riegos aumentando ligeramente las dosis de manera progresiva, pero con control. A ser posible lo combinaremos con unas dosis mínimas de fertilizante para que crezcan mucho mejor.
En nuestras jardineras y maceteros, es el momento de renovar las plantas e incorporar las nuevas plantas de temporada propias de épocas más calurosas. Podemos seguir plantando petunias, dalias, begonias, geranios y el resto de plantas de temporada de primavera y verano. Con ellas haremos vistosas zonas de color en nuestro jardín. También se pueden sembrar las plantas anuales. Las temperaturas agradables de esta época del año favorecerán su germinación sin que apenas tengamos que prestarles ninguna atención o cuidado.
Para que los rosales sigan floreciendo, tenemos que cortar las rosas según veamos que se pasen o ponen mustias. Lo ideal sería ir cortando las ramas del año a unos 5cm. del punto de inserción del tallo principal. Si no tenemos tiempo, debemos hacer al menos el primer paso.
Respecto a los árboles, se pueden sembrar semillas de algunos tipos de árbol, como por ejemplo el pino. Antes de sembrarlos, hemos de tener en cuenta que la huerta y el cuidado de las plantas y árboles, son trabajos de fondo. Los resultados se ven a la larga, así que debemos ser pacientes y no querer resultados inmediatos. Sobre todo, con los árboles, así nos libraremos de futuras frustraciones.
