Spunta y Monalisa
Como os veníamos hablando la semana pasada, la recogida de patata depende de la especie que hayamos plantado.
Entre marzo y junio se recogen las patatas tempranas, llamadas así porque se obtienen antes de haber alcanzado la maduración completa. Esto hace que se estropeen antes porque tienen más contenido en agua. Suelen ser pequeñas y lisas de piel, con la carne más húmeda, compacta y un ligero sabor dulzón. Spunta y Monalisa pertenecen a estas variedades de patata.
Conocer las diferentes variedades facilita el cocinado, porque unas son más adecuadas para hervir, otras para guisos o para freír, aunque la mayoría son bastante versátiles y sacan de cualquier apuro culinario.
Hoy os vamos a continuar hablando de la Spunta. Es originaria de Holanda, semitardía y modificada genéticamente para hacerla resistente a enfermedades.
La variedad SPUNTA es muy conocida no sólo por el agricultor, sino también por el consumidor. Una de las razones de su éxito es precisamente esto, que los consumidores la conocen y la demandan. Es una patata que nos gusta mucho en el norte de la península, de tamaño grande y alargado.
La piel y la carne son de un color claro y se distingue por su sabor delicado y textura mantecosa. Es ideal para purés de patata, y para cocer en agua. Da buenos resultados al freírla, porque su carne es compacta y al ser más dura, queda crujiente por fuera.
Es una patata semi temprana con un rendimiento alto, de 9 a 11 tubérculos por semilla y su follaje, denso, se distingue por hojas pequeñas de color verde oscuro con abundantes flores blancas. Sus tallos son bastante numerosos y gruesos, con un color ligeramente morado en la base. Se trata de una variedad bastante sensible a la Phytophthora (tanto en la hoja como en el tubérculo). Es poco sensible al virus Yn y al virus de enrollado; y ligeramente susceptible a Fusarium.
Es una variedad muy resistente al calor y a la sequía, por lo que es una variedad muy adecuada para climas cálidos como el sur y este de España.
Un truco para obtener mejores resultados es dejarla un rato en agua para que pierda parte de la fécula y no se ablande al prepararla. De hecho, esto se puede aplicar a todas las patatas que se van a freír. Por supuesto, hay que secarla antes de echarla a la sartén. Su inconveniente es que se estropean con relativa facilidad.